- que podía hacer?
- (pelear, eso pudiste hacer. Mira, entiendo que estés hecha un desastre, que tengas dudas. Me apena mucho y te ayudaré en todo lo que pueda e incluso lo que no pueda al menos lo intentaré, pero no me vengas con esto. Si lo que estaba pasando era algo bello, por qué detenerlo? por qué detener el poder despertar cada día sabiendo que te vería, que nos veríamos y seriamos dichosos al menos por esos cortos minutos? Que eres tú el problema? Pero ... ya no sé que decirte. Ya te he dicho que te quiero? Bueno te quiero, como no tienes idea y se que tú también a mí. Odio la idea de verte mal, peor si es por mi culpa o por algo que hice o deje de hacer. Nada borrará ese pequeño recorrido que hacía que mi corazón se acelerara tanto que tú me lo decías con sorpresa y ternura. Nada borrará la sonrisa entre cada beso,tus brazos alrededor de mi cuello, mis manos torpes en tu cintura. Nada borrará la sonrisa de imbécil que tenía cada vez que volvía de recogerte. Nada borrará las miradas en esa banca, esa canción cantada por ambos, tus dedos jugando entre los míos, tu suave aroma que me tranquilizaba y me enloquecía a la vez. Nada borrará tu caricia en mi mejilla, que me enrojecía y me hacía sentir tan especial y dichoso. Nada borrará la sensación de verte de reojo viniendo hacia mí, mientras leía y preguntarte por tu día y que cuando me preguntabas por el mio solo querer responderte: "Mejor porque estás aqui conmigo". Nada borrará nada. ) No sé.
Sintiendose tonto, Sebastián solo pudo ver que ya era tarde, pero que el corazón no sabia de horarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario