Estoy perdiendo la guerra lastimeramente. Debo confensar que, en mis vagos y nada constantes intentos por recobrar el empuje para batallarla, me he visto inmerso en el sublime placer de ver como mis fuerzas son socavadas frente a la dulzura de tu mirada y el aura de tu sonrisa.
No me malinterpretes, no esperaba - aunque soñar cuesta poco - ganar de manera triunfal y contundente; sin embargo, una masacre hostil como lo que experimenta mi orgullo en estos momentos es algo que no contemplaba. En estos momentos en los que me encuentro en una banca, frente a unos guardianes que no han dejado de verme - curiosos - desde que me dispuse a aguardarte en ella, hace treinta minutos, a ti, graciosa luchadora, que no has tenido forma más castigadora de irte que dándome una vaga esperanza de siquiera intentar llegar a tiempo para darte un fugaz beso de hasta luego.
Debe ser muy placentero sentir como, contra mi voluntad y con mi pleno consentimiento, me estoy degradando cada vez más. Algún día podré cobrarme una bien merecida venganza, aunque sea pequeña e insustancial, pues - y creo que coincidirás en esto conmigo - es preocupante el grado de insensatez que tú puedes causar en mí.
Me entrego al abismo. Que haga de mí lo que se le antoje. Me entrego al abismo y lo hago con una sonrisa en la cara, pues sé que posiblemente, en el fondo, esté aguardándome un beso tuyo.
Escrito 6:20 pm | Banca frente a la gran pared | My Drug - CherryFalls (over and over and over again)

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